Pasos

Limpio mi rostro del maquillaje mientras unos cuantos rayos de luna atraviesan la ventana, ella, arriba, se asoma presumida y altanera indicándome que debo mutar, cambiar de cara, de sombra, de cuerpo, la transición es inevitable.
Paso uno, tomo un respiro, mi cuerpo desnudo recorre pasillos de manera presurosa, soy un ser a la deriva que anda raudo y sigiloso, siguiendo los instintos de un corazón delatado por la indignación, soy yo en pureza nata, aúllo al cielo como señal de auxilio, rompo cadenas de seguridad, me pierdo en el espacio.
Paso dos, mis huellas se mantienen firmes a cada paso, un nuevo inicio me devolvió a la cordura, ¿cómo puedes salvar una vida?, me preguntaba por instantes, túnicas blancas se marcaban en mi memoria, amarrada a una cama lanzaba improperios y veía el exterior a través de una cortina. 
Otra versión de mi, otro universo paralelo, así como las historias que me contaron alguna vez cuando tocaba las nubes con las manos.
¿Qué es esto? Un símbolo se escribe en el vacío, ¿quién osa a entrometerse en mi mundo? Nadie responde, solo percibo un hincón en mi mano izquierda que al abrirla lentamente me engaña como un amante traicionero, un hilo rojo se extiende y me jala sin querer, grito, aúllo, ladro pidiendo auxilio, es en vano, me jala, me hiere, me transporta a través de un acantilado, no, no quiero caer, 
¡Detente! ¡Qué pretendes! Caigo al vacío. Mis ojos negros se hacen más pequeños, la noche cae, las luces del cielo se aclaran, es imposible, vuelvo a mi naturaleza humana, estoy cerca al colapso, no quiero voltear, reboto, todo se hace oscuro.

Abro los ojos en medio de un ambiente rústico, huelo comida, aderezo, me siento exaltada, quiero levantarme pero mi cuerpo no reacciona, grito. 
Una voz conocida me pide calma, me arrulla con su melodía, escucho ruido afuera, una espada corta el viento y una sombra corre de un ambiente a otro, no logro ver quién es, solo ruego que nada malo suceda.
Pasan los minutos, me carcome la angustia, una batalla se desata en los exteriores de la cabaña, caballos, dos hombres; estoy en un lugar extraño, ¿qué sucede? ¿por qué tan lejos de casa? No entiendo nada.
Silencio, la calma llega aparentemente, la puerta se abre, la luz me ciega, solo siento dos manos alrededor de mi rostro y me pide paciencia. Sonrío, me abraza y caigo en un sueño profundo. ¿Quién eres? ¿Eres tú? ¿Qué sucede? 
Caigo rendida, el despertar me dará la respuesta. 




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