Maldades

Una caja melódica de cristal, así es mi corazón, un frágil elemento que vibra al son de melodías externas – e internas – complementados con una inútil y patética ilusión de volverte a ver. No se trata de alguien es específico, ni siquiera de él, de aquél o de alguno, solo es una ilusión; una utopía llena de sentimientos encontrados y plasmados en esta hoja.
Entre teclas y ventanas virtuales recordé tu nombre, tu olor, tu sonrisa perversa, tus ojos amarillos en la oscuridad cual gato, es una paz infinita vivir de recuerdos a veces, como cuando partiste. Dejemoslo ahí, tu ardid de querer jugar a la duplicidad, de burlarte de mi ser frente al mundo y ser otro en la intimidad, un juego sin salida, una amenaza de cuchillos con filo tortuoso, ha pasado mucho tiempo y día tras día aprendí a superar ciertas ilusiones infantiles superfluas, mundos paralelos que inventé con el fin de huir con tu 'otro yo' que pedía a gritos ser liberado.
Padecemos la misma locura, ¿no lo ves? Hemos estado atados a pastillas y terapias estúpidas para superar ciertos momentos de nuestras vidas. Te han dicho de todo, hiciste, haces y harás maldades, es tu naturaleza innata; luego te lamentarás fumando o bebiendo hasta perder la conciencia, escupiendo al aire y burlándote de las canalladas de los demás sin mirarte siquiera al espejo. Yo también soy así, solo que en versión femenina. He sido tan cruel como salvaje, tan seductora como voluble, tan idiota como sincera, tan dulce como hiel y tan inocente como ilusa. 'Ilusa', nunca olvidaré esa palabra.
Tu voz retumba en el ambiente, piernas no faltan para ir a buscar una explicación tardía e innecesaria. Estas a mil millones de kilómetros de distancia, aún recuerdo esos delirios, me río como demente, todos me miran, ¿qué? ¿no puedo recordar alguna maldad? ¿no? Ah, verdad, el mundo conspira contra nosotros.
Un movimiento sensual a ritmo de mis caderas va y viene, escucho en la radio aquella canción, tan idílica como fructífera, una droga en común ¿No es así? La excitación retumba las paredes de mi cuerpo, vuelvo a emitir una carcajada, reacciono.
Miro alrededor, sigo en la luna, me acurruco en una esquina de la cama, el ambiente es frío, húmedo, no hay nadie, solo tu, y el recuerdo. El mundo que nunca fue y existió siempre en el inframundo. Tu pudor combinado con mi alma, colillas de cigarros, encendedores, restos de alcohol inundan mi cabeza.
Un enfrentamiento que acabó, que ya pasó y quedará para la historia.

Pd. Una última recomendación: mira por ese balcón, pueda ser que una sombra siempre estuvo pero ya no estará ¿No crees? 

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