Despertar
Las
paredes cayeron, el invierno llegó, el rey se encuentra en el norte,
el fuego destruyó una ciudad, miles murieron, una reina arpía se
sentó en el trono, la niña de las mil caras cumplió parte de su
venganza, la madre de los dragones zarpó a la guerra y yo, sigo
aquí. Envuelta en una historia épica, revivo detalle a detalle todos
los sucesos del último mes, mes que se aleja y da paso a nuevas
aventuras. Aires de renovación llegan como brisa fresca en verano,
entibia, abriga y arrulla mi ser en este gélido invierno, miro fotos
del pasado, mensajes, detalles, un vestido, una agenda, mandalas,
colores, restos de ilusiones perdidas y parte de una renovación
profunda. ¿Qué andarás haciendo? Soñé con la batalla, lo que
pudo haber pasado mientras gritabas que huyera sin mirar atrás solo
para salvar mi vida e integridad. No me lo puedo explicar, es tan
confuso, no entiendo nada, alzo la mirada y veo la luz. Sonrío.
'No
pidas una vida que no te pertenece, búscate una' - rugió el dragón - quedo congelada, mis pies no
reaccionan, mis labios están cerrados, las pupilas se dilatan, el
pecho se adormece, quieren verme derrotada, arrodillada, suplicando
compasión, sonríen con aires de victoria mientras sangro luchando
con lo único que me queda de sentir, al llegar a mi trinchera desmayo, reacciono
minutos después, deben agarrarme entre dos mientras pataleo y entro
en pánico, grito que voy a morir, que nada vale la pena, el porqué
de algo que sí existió, un grito del león me protege.
¿León?
¿Quién eres tu? Dices que estas aquí para protegerme, que darás
aviso a todos. Horas después ya en casa de la condesa del valle, mi
familia no concibe el daño, me abrazan uno por uno, mis labios casi
morados por la respiración irregular, mis ojos desorbitados, mis
manos blancas, hay nieve alrededor, amigos llegan, juran en mi nombre
que tomarán venganza, venganza, venganza. '¡Venganza! ¡No!' - grito
mientras vuelvo a desmayarme – lloro en el piso, me abrazan, toman
datos, las pastillas pasan por mi boca, tiemblo de rabia. Una voz
melodiosa me arrulla e indica que es un nuevo día, no recuerdo qué
pasó, qué hice, me cuentan de todo lo acontecido, les digo que no
hagan nada en contra de nadie, que dejen todo así, se indignan por
mi pasividad, yo solo respondo que el mundo es así y todo sucede a
su tiempo, sin ánimos de revancha o malos deseos. Me dicen que deje
la espiritualidad de lado, que actúe y vaya a la guerra, yo, niego
rotundamente.
Voy
rumbo a la Luna, esta luna que es mi hogar, no será un palacio pero
me abriga con tanta felicidad y pido que no acabe jamás. Preparo
algo de comer, el árbol está ahí, el gorrión me habla, me cuenta
de sus periplos, escucho atentamente mientras la tarde cae. No hay
mucho que decir, me doy una ducha tibia, el agua disipa todas mis
dudas y pesares, en las cosas simples de la vida es donde uno aprende
a valorar lo importante. Sonrío de nuevo. Voy a la cama.
Ha
sido un mes histórico, una conjunción y trino de los astros que terminó a
mi favor, miles de estrellas iluminan mi noche, gracias por la vida,
gracias a ti, gracias a todos. El pánico a vivir, ya no me afecta.
No
puedo dar lo que no tengo. Cuidar de mi, es cuidar de ti, recuérdalo, puedo ver lo que tu alma escribe.
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